Habitación japonesa
Esta escena la preparamos
hace ya algunas semanas con motivo del concurso sobre
infoarquitectura celebrado por Andrew Price en su blog BlenderGuru.
Las condiciones del concurso consistían en que la escena debía ser
interior o exterior, completamente nueva y la utilización de modelos
existentes estaba muy limitada. A nosotros nos pareció una ocasión
perfecta para hacer la escena completa, desde cero, sin usar nada que
ya tuvieramos hecho. Así que nos pusimos a ello.
Una
vez decidido que queríamos una habitación japonesa, lo siguiente
fue decidir la estética general. Hoy en día, dedicándonos a la
infoarquitectura, lo más habitual es tener que hacer escenas super
modernas de materiales sencillos y superficies extremádamente
limpias, pero el concurso nos pareció la oportunidad perfecta para
hacer algo diferente.
Empezamos
definiendo el contenedor y el contexto general con el que
trabajaríamos. Nos decidimos por una imagen en parte simétrica, con
la cámara completamete centrada en el elemento principal, la
habitación, donde colocariamos centrada nuestra mesa recién
modelada. A izquierda y derecha un pasillo y un patio
respectivamente, el primero muy oscuro y el segundo muy iluminado, de
modo que se pudiese ofrecer una lectura lineal de la historia, de exterior a interior, de luz a oscuridad.
El
siguiente problema a plantear fue qué cosas iban a tener una mayor
presencia. Teniendo una pared de fondo tan grande y centrada, era
necesario trabajar sobre ese vacío. Realizamos una pequeña
composición a base de cuadros pequeños. Sin embargo, para dar una
mayor sensación de humildad a la escena, creímos conveniente
trasformar esos cuadros en telas que clavariamos en la pared. Tuvimos
que hacer una pequeña simulación, definiendo partes fijas donde
irían los clavos y dejando caer las telas. Como último toque
decidimos que alguna de esas telas habría perdido algún clavo y
pareciese que podría caer en cualquier momento.
Era
muy importante bucar el mayor realismo posible, por lo que se
añadieron una serie de detalles para ayudar en ello, como marcas
negras de agujeros en la pared donde antes había clavos, materiales
complejos tipo tercipelo para las telas o reflejos anisotrópicos en
las chinchetas. A parte de eso era también importante que las telas
pareciesen desgastadas por el paso del tiempo e incluso sucias, lo
que conseguimos con un tratamiento previo sobre las imágenes que
usaríamos como texturas.
En
la arquitectura japonesa la madera es un material extensamente
utilizado, por lo tanto en nuestra escena no podía faltar. Al mismo
tiempo, casi mas por obsesión que porque sea muy usado en la
realidad, teniamos el capricho de usar puertas
shōji,
es decir,
las típicas puertas correderas de Japón, que en vez de cristales,
tienen láminas de papel
washi traslúcido.
La
arquitectura tradiconal japonesa en viviendas tiene unas pautas muy
claras, con habitaciones y paredes bien encuadradas, por lo que el
siguiente paso fue definir este encuadre, siguiendo las líneas de la
altura de las puertas y componiendo cómo sería el techo. Debía ser
todo muy sencillo, por lo que unos simples listones de madera era lo
que necesitábamos. Para rematar la composición nos faltaba una
lámpara que encajase en el conjunto, así que diseñamos algo
robusto y en la línea del resto de la escena, a base de listones
de madera y papel washi.
En
este punto parecía buen momento empezar a definir cómo sería
el suelo. Para las paredes no había problema, puesto que un color
liso probablemente sería suficiente, sin embargo el suelo, tras un
poco de documentación por internet, si que iba a necesitar algo más
de trabajo. Era necesario algo que cláramente tuviese volumen,
además de pensar también en algún elemento lineal, a modo de
junta, que mostrase una clara direccionalidad. Además de la pieza
principal, en el pasillo y en el escalón de entrada a la vivienda se
puso una tradicional tarima de madera.
A
partir de este momento fuimos modelando gran cantidad de pequeños
objetos que necesitábamos para completar la escena. El mueble del
fondo con los compartimentos, los pergaminos enrrollados y
desenrollados, las espadas kendo, los cojines del suelo con evidente
uso y paso del tiempo, la planta, las zapatillas desperdigadas, los
vasos y el jarrón de agua, la caja del juego y el juego en si, un
Go, tradicional juego chino que se exportó rápidamente a Japón;
para la colocación de las fichas utilizamos un sistema de
partículas que nos facilitó enormemente la tarea.
Encajado
ya el interior casi en su totalidad, era momento de prestar atención
a lo que pasaba fuera. La escena en este punto, a pesar de la pequeña
planta del interior, estaba pidiendo a gritos un toque de verde algo
más intenso. Aprovechando la pared del patio exterior dispusimos una
enredadera que se fuese amoldando a su forma e, incluso,
extendiéndose por el suelo y enredándose con la gravilla, dando
claras muestras de falta de cuidado. La gravilla la hicimos modelando
unas cuantas piedras y distribuyéndolas mediante un sistema de
partículas en la zona visible de la cámara. Del mismo modo era
importante que la enredadera no se mostrase muy homogénea, por lo
que jugamos cambiando el tono de las hojas aleatoriamente. En el
pasillo por el contrario, aprovechando la oscuridad que habíamos
decidido imponer, no fue necesario prestar mucha atención a los
detalles, pues no iban a distinguirse.
Ya
casi por último, queríamos jugar con la sombra que nuestra puertas
shōji
proyectaban
al interior, y pensando en mantener la escena lo más liviana
posible, simplemente dispusimos una imagen png
de
un arbol fuera de la vista de la cámara, pero que proyectaba su
sombra
sobre el hueco de la puerta, dotando de heterogéneidad a la sombra
propia y proyectada.
Antes
de abordar la pequeña postproducción de la imagen, nos seguía
resultando poco
natural a
la vista, todo quizá demsiado limpio. Pensamos entonces en añadir
algo de suciedad, sobretodo en el suelo que, dado su color, era un
claro candidato a ensuciarse. Así, creamos manchas tanto a la
entrada como
a la salida; además,
para crear una excusa que explicase por qué en una casa tradicional
japonesa podría encontrarse una mesa girada, añadimos marcas de
rozaduras justo al lado de las patas, de
modo que pareciese que había sido movida con brusquedad
recientemente. Por último, como toque apenas imperceptible, añadimos
una pequeña telaraña en una de las esquinas del techo, reforzando
así la idea de antigüedad.
En
general, tanto con las puertas abiertas y la disposición de los
objetos en la escena, ninguna de ellas al azar, buscamos intentar
transmitir una historia, imaginar que es lo que podría haber estado
pasando justo en
el momento
antes de hacer la fotografía. Apoyarnos en esta “historia” nos
ayudó a decidir la mejor posición de los elementos en relación con
los demás.
Por
último realizamos un pequeño tratamiento de postproducción sobre
el render, consistente en añadir un pequeño vignetting y corrección
de color, para conseguir una tonalidad general más cálida, a la vez
que oscurecer aquellas partes menos importantes, dando al conjunto el
aspecto deseado.
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